domingo, 9 de noviembre de 2008
“Procuramos evitar que el Plan Colombia se marchite”
El reciente anuncio del Gobierno de Estados Unidos de recortar el apoyo a unidades específicas del Ejército, puso de nuevo sobre la mesa la posibilidad de una disminución sustancial a las ayudas que reciben las Fuerzas Armadas por cuenta del denominado Plan Colombia. El tema de los Derechos Humanos y el escándalo que involucra al Ejército por las desapariciones forzadas, llevaron al gobierno estadounidense a adoptar drásticas medidas. El panorama lo agrava el hecho de que la economía mundial, en especial la americana, vive una grave crisis, al borde de una aguda recesión. Tras la elección del demócrata Barack Obama como Presidente de Estados Unidos, el propio ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, expresó que “los demócratas, con los que personalmente he hablado, y son muchos, en los últimos tres o cuatro meses, todos me han comunicado que respaldan el Plan Colombia”. Pese a su optimismo Santos dejó entrever que la ayuda no sería eterna. “El Plan Colombia, desde un principio, se concibió para que a partir de cierto momento se fuera ‘marchitando’ y eso es lo que hemos venido negociando con el Gobierno norteamericano, y lo que seguiremos negociando con el nuevo Gobierno”. Si bien dichos recortes se han producido de tiempo atrás, en busca de que el componente social tienda a estar al mismo nivel del componente militar, algunos especialistas en la materia consideran que en el caso específico del año 2009, el funcionamiento de sectores estratégicos de las Fuerzas Armadas podría verse afectado, lo que significaría un retroceso en la capacidad de lucha contra el narcotráfico y otros grupos ilegales. El plan Colombia Concebido durante la administración del ex presidente Andrés Pastrana, en septiembre de 1999, estaba destinado a reducir la producción de drogas ilícitas en un 50% durante los siguientes seis años, así como a recuperar el control de las áreas en poder de grupos ilegales. Según un reporte entregado por la Oficina de Contabilidad del Gobierno de los Estados Unidos (GAO), a partir del año 2000 se han asignado cerca de US $6 mil millones en recursos que son supervisados por los departamentos de Estado, Defensa y Justicia. De este rubro, cerca de US $4,9 mil millones han sido entregados a las Fuerzas Armadas y de Policía, mediante helicópteros, presencia de asesores militares, entrenamiento, equipos y asistencia en inteligencia. Al respecto, el consultor internacional de seguridad Jhon Marulanda considera que, ante un eventual recorte, el sector que más se vería afectado sería la Fuerza Aérea, que a su juicio ha sido la “columna vertebral del Plan Colombia”. El suministro de combustibles y los repuestos para aviones, así como el mantenimiento de los mismos serían afectados, produciendo una notoria disminución en la capacidad de fumigación, así como la movilidad de las tropas.
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