domingo, 3 de mayo de 2009
Se vienen más fusiones: Fiat ya entró a Chrysler y va por Opel
En las últimas horas, tras acordar su ingreso como socia de Chrysler, Fiat pasó de ser una más entre las grandes constructoras europeas de autos a integrar una alianza posicionada como la sexta automotriz más grande del mundo. Pero ayer, apenas 24 horas después de anunciado aquel acuerdo, Fiat confirmó que quiere integrar a la alemana Opel como socia. De concretarse ese ingreso –Opel es una subsidiaria de General Motors– se conformaría la segunda automotriz más grande del mundo, sólo por detrás de Toyota. El cerebro de toda la operación es Sergio Marchionne, el Consejero Delegado de Fiat, que sacó a la automotriz de su declive hace cinco años y que ahora convenció al gobierno de Estados Unidos de que es el socio ideal para salvar a Chrysler. Vislumbrar el futuro de esa alianza es una tarea compleja que ya despierta controversias entre los analistas del sector. Pero no es menos intrincada la trama del acuerdo entre Fiat y Chrysler, que fue anunciado el jueves por el propio presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Para empezar, Chrysler tuvo que pedir su propia quiebra, por exigencia de Obama, luego de fracasar las negociaciones con los acreedores.Chrysler solicitó en el estado de Nueva York la protección del tribunal de quiebras (comúnmente denominada Capítulo 11, una especie de concurso de acreedores). La presentación incluye un plan de reorganización en el cual se formará una nueva compañía a la que Chrysler dotará de sus mejores activos, como las marcas Jeep y Dodge Ram. Fiat ingresará en esa nueva sociedad como el factor clave: tendrá 20% de las acciones, con posibilidad de aumentar su participación a 35% en un futuro próximo, a cambio de dotar a Chysler en tres áreas: tecnología para fabricar tanto autos como motores más pequeños y ecológicos y acceso a su amplia red de concesionarios en Europa y América Latina. El fondo de inversión Cerberus, que le había comprado Chrysler a Daimler y era el actual controlante, cederá su participación en la nueva compañía. La mayoría accionaria corresponderá al fondo de pensión de los trabajadores retirados de Chrysler (55%), seguidos por Fiat (20%) y los gobiernos de EE.UU. (8%) y Canadá (2%), que aportarán entre los dos US$ 10.500 millones para sanear a Chrysler.La tercera automotriz de Detroit venía manteniendo conversaciones con Fiat, con sus acreedores y con el gobierno de Obama para reestructurar su deuda sin acudir al paraguas del Capítulo 11. "Me satisface la creación de esta alianza global y, por otro lado, me decepciona que Chrysler haya tenido que emplear el Capítulo 11. Ésta no era mi primera opción", dijo Bob Nardelli, titular de Chrysler, a través de un comunicado. El ejecutivo anunció su retiro una vez finalizado el proceso de lanzamiento de la nueva compañía, que estimó demorará entre 30 y 60 días.El propio Obama fue quien dedicó las palabras más duras a los acreedores que no aceptaron una quita de la deuda de Chrysler. Se trata de bancos y fondos a los que calificó de "especuladores".
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